Odio a los partidos

 
 
A muchas personas, cuando les planteo la abstención y por tanto la deslegitimazación del estado como única solución posible para que el poder de decisión sobre nuestras vidas esté en nuestras manos, enseguida me responden que si no hay partidos vendrá otra vez el de la gorra. Otros, por interés propio o partidista no dudan en calificarme de fascista antidemocrático, puesto que tradicionalmente el fascio siempre ha eliminido a sus adversarios políticos para ocupar el sillón ellos solos, pero el que utiliza esta clase de argumentos se equivoca de pleno según mi humilde opinión. Para empezar, ese argumento sobre la similitud entre anarquistas y fascistas es simplemente propaganda marxista y capitalista malintencionada, puesto que ambos ven en los anarquistas la mayor amenaza a sus pretensiones de poder absoluto. Los anarquistas quieren acabar con todo poder y por lo tanto toda capacidad de imponer, eliminando para siempre a todos los partidos políticos sin excepción, aunque siempre respetando la diversidad de opinión, base del anarquismo. Estos partidos son los que dividen la fuerza de los obreros debilitando su lucha milenaria y haciéndonos perder nuestro precioso tiempo en la teoría del teorema, pero nunca arreglando los problemas.
 
 
Estos partidos llamados obreros o de izquierdas sirven mejor al capital que al ciudadano de a pie, son socios, ambos coexisten como si de una relación simbiótica se tratara, el uno no puede vivir sin el otro, así que entre ellos se defenderán y siempre conspirarán contra los que trabajan por ellos para perpetuar así las grandes fortunas y el poder político, por lo tanto, en mi obtusa manera de ver las cosas, los políticos de partido son el problema y nunca la solución. Conscientes del peligro que corre el chollo si los anarquistas logran hacer ver el engaño del sufragio universal y la "democracia" a buena parte del pueblo, son los propios partidos de "izquierdas" en muchas ocasiones los que conspiran contra la idea, dejando ver claramente de que lado están. Los anarquistas sólo quieren todo para todos y nada para ellos, ¿no es algo parecido a lo que decía Marx o su discurso se ha manipulado conscientemente para favorecer a unos pocos, como ocurrió con las supuestas ideas de hermandad y justicia social de Jesucristo?
 

Todo lo que se encuentre fuera de las reglas establecidas por el estado impuesto por los que siempre imponen es rápidamente descalificado en los medios de comunicación y tachado de radical o antisistema, ¿es que queremos un sistema que sea incuestionable? ¿sólo cuenta la "opinión" a la hora de votar en unas elecciones trucadas al mejor estilo trilero?. Creo que la democracia se construye entre todos, con la opinión y el consenso, no por la imposición de la falsa mayoría, puesto que el PP gobierna con 1/3 del total de votos de personas en edad de votar. Incluso si esta burda pantomima llamada democracia respetara el principio básico de la misma, una persona, un voto, cosa que no ocurre ni desde lejos, tampoco la compraría, seguiría siendo un acto de falta de responsabilidad, sería igualmente delegar en otros lo que sólo es de tu incumbencia, votar cada cuatro años para que otros decidan por ti como será tu vida, cuando comerás y que nivel cultural tendrán tus pequeños el día de mañana, así que votar cada cuatro años, sin volver a ser preguntada la opinión de todos en ningún caso, - puesto que nada cuenta realmente - es como el padre que le compra un videojuego al niño para que no "moleste", en lugar de educarlo y darle la atención necesaria.
 

Mientras se siga votando y por tanto delegando en otros nuestra responsabilidad, creo que esto no tiene solución alguna. El futuro está muy negro, aunque la abstención ya cuenta con 1/3 de la población en sus filas. Sería un iluso si pensara que toda esta abstención es consciente y militante, entre las filas abstencionistas podemos encontrar un poco de todo, desde los anarquistas que saben muy bien por qué no participan de un sistema podrido, hasta los típicos pasotas que simplemente van a lo suyo, pasando por algunos fascistas que sólo quieren que vuelva el de la gorra ya y tampoco quieren partidos ni rey, sólo a el de la gorra . Pero sea cual sea el motivo que los ha llevado a no participar de la pantomima democrática, el caso es que las filas abstencionistas cuentan con el mismo porcentaje de votos que la aviesamente llamada "mayoría absoluta" del PP, y por lo tanto gozan de la misma legitimidad -por lo menos- a la hora de decidir que se hace o no.
 
 
Si la abstención aumentase y fuese realmente militante, este sistema tendría los días contados, aunque claro está, no sería un camino de rosas ni mucho menos, pero la situación que vivimos actualmente y su empeoramiento progresivo es mucho más peligrosa que cualquier revolución, al menos a mi me asusta mucho más, estamos asistiendo al juego final, si seguimos permitiendo los abusos de poder y el empoderamiento ilimitado de los poderes fácticos, tomarán el poder para toda la eternidad, cuentan con el dinero, la ciencia y la tecnología para hacerlo, hoy más que nunca, los ciudadanos trabajadores y honrados  son el último obstaculo a sus pretensiones demoníacas, en nuestra mano está ser esclavos a perpetuidad o seres libres, felices y pensantes. Odio a los traidores, odio a los vendedores de humo, odio a los que viven de la esperanza ajena, odio a los hipócritas, odio a los partidos.
 
 

No hay comentarios: