Es la hora de abstención y el momento de la decisión



Rajoy nunca deja de sorprender, negativamente, por supuesto. Este cerdo gruñe con plena satisfacción que en España ya se crea trabajo, que hay ahora menos parados que cuando el obtuso electorado español le dió el poder. Los pastores tratan con más respeto a sus ovejas que esta caterva de meapilas del PP lo hacen con sus compatriotas. No se puede tener mayor desverguenza y falta de sentido del ridículo, no se puede ser más mezquino y falto de principios morales. 

Tenemos 622.000 parados más de los que existían antes de que este asqueroso llegara al poder. Los "trabajos" creados son en su inmensa mayoría contratos basura, sólo uno de cada diez es indefinido... y si tenemos en cuenta la verdadera definición de indefinido, que no se sabe exáctamente cuando expirará, tampoco es que sea algo como para tirar cohetes y pensar que quien firma este tipo de contratos se jubilará en la empresa al igual que ocurría con nuestros padres.

La tranquilidad económica que da un trabajo estable, que dura en en el tiempo y en el que más o menos se sabe a que atenerse; en el que conociendo previamente cuanto se gana al año y cuanto se puede ganar en tantos años, permite endeudarse con garantías, ha dejado de existir. La generación de nuestros padres fue mucho más próspera que la ahora existente, en estos momentos pocos son los que saben en qué trabajarán dentro de un año (en el caso de que encuentren trabajo), y de esta manera es imposible crear un plan de vida; tener una familia, endeudarse con una hipoteca sin que ello signifique firmar una sentencia de 40 años o pedir un crédito para comprar un coche si el cual no podría desplazarse a su centro de trabajo y por lo tanto tampoco pagar todo lo anterior.

Con la tecnología existente en la actualidad este mundo podría ser un vergel próspero y feliz, sin necesidad de tener que trabajar más de 4 horas al día, solamente con repartir equitativamente todas las riquezas de nuestra tierra acabarían todos los enfrentamientos sociales, todas las insanas envidias, todo el veneno que inocula el Estado en la sociedad, toda la delincuencia, todas las guerras... y sobre todo la ignorancia, principal arma del Estado que se impone a la razón y a la justicia social. Su imposición solamente es posible gracias a que ellos son quienes tienen la patente de la violencia, porque como es fácilmente comprensible, nadie en su sano juicio hace caso de alguien que no tenga poder de imponerle su criterio; ya sea a través del engaño, de la amenaza o directamente desde la agresión.


Los culpables de todo lo que nos pase somos todos y cada uno de nosotros, la responsabilidad no solamente consiste en tener un comportamiento cívico y respetuoso con nuestros congéneres, aunque también; la responsabilidad no es respetar a la autoridad , porque esta siempre es injusta e imparcial, tampoco lo es agachar la cabeza y poner el lomo cuando el patrón nos lo quiere sobar, las excusas de que se tiene familia e hijos son solo eso, excusas de cobardes o esclavos voluntarios.

¿Dónde están los sindicatos mayoritarios y por tanto con mayor capacidad de convocatoria?, ¿quizás están más preocupados en limpiar sus propios trapos sucios que en defender los derechos de los trabajadores?. ¿Cuánto tiempo hace que no se convoca una huelga general?, ¿es que nos son suficientes los reiterados ataques fascistas del PP hacia los derechos de quienes producen las riquezas y que con sus impuestos hacen que funcione el país y ellos disfruten de inmerecedos privilegios?. Los sindicatos de partido no emplean las cuotas de sus afiliados para crear cajas de resistencia, única manera posible de hacer frente a una huelga indefinida y poder mantenerla en el tiempo, prefieren invertir esos recursos en Mariscos Emilio. La CGT carece de apoyos suficientes para encabezar la lucha social, además de ostentar una cierta ambiguedad que no los hace demasiados fiables. ¿La CNT?, solamente existe en los libros de historia. 

La lucha social del S. XXI ya no cuenta con el apoyo de los partidos obreros o de los sindicatos de clase, sólo el pueblo llano, honrado y trabajador, tiene el poder de cambiar las cosas o seguir permitiendo el pisotón constante del Estado fascista español en el que todo está podrido; los partidos políticos, los sindicatos, todas las instituciones "democráticas", el crápula del anterior rey o su heredero con careto de bobo babeante y su muñequita consorte, todos viven de ti, de tu sudor, de tu sufrimiento, de la falta de futuro de tus pequeños.

Cuanta razón suele tener el refranero popular, más en este caso: <<un pueblo que desconoce su historia está condenado a repetirla>>. Aunque el problema es mucho más profundo, no es que la inmensa mayoría del pueblo llano desconozca la historia de su propio país para así evitar que se repitan los episodios más trágicos, es que le importa un carajo, y así claro, es imposible volver a chocar contra la misma piedra. Cuando la miseria llama a las puertas del trabajador, cuando padres y madres sufren la mayor de las torturas ,ver a sus hijos llorar de hambre; aparece el lobo, la bestia, el más básico de los instintos, la supervivencia de la descendencia y la propia se convierten en la primera necesidad, surge la violencia incontrolable, inmisericorde, sin posibilidad de negociación, puesto que lo puesto en juego es la supervivencia de quienes sean capaces de imponerse a los otros. Es entonces cuando surge el fascismo, el populismo más repugnante o el comunismo autoritario, todos ellos al servicio del viejo Estado que nació hace 5.000 años en Sumeria y que desde entonces no ha dejado de manejar las vidas de los más débiles.


Para colmo nos han vuelto a colar otro Borbón, en menos de una semana ha dejado la corona el crápula y se la ha dado a su hijo, o más bien su clon, bueno, parece un poco menos crápula que de costumbre en la tradición borbónica, pero decir, dice exactamente las mismas gilipolleces sin ninguna profundidad intelectual ni empatía social que rebuznaba su papá. Si ni siquiera somos capaces de desterrar a una familia que lleva siglos robando, imponiendo y engañando a los españoles, difícil veo que podamos poner en su justo sitio y en su justa medida a todos los mangantes que han vaciado a manos llenas la caja común. Si no somos capaces de limpiar este sistema aunque solamente sea imponiendo la república y dejando para los libros de historia medieval eso de heredar jefaturas de Estado, difícilmente podrá avanzar este país gobernado y dirigido por miserables de la peor ralea, cuya inhumanidad los convierte en poco menos que dañinas alimañas que depredan a los de su propia especie y cuya extinción a nadie decente preocuparía. 

El poder está en las manos de quienes producen, de quienes hacen que funcionen las máquinas y germinen los campos; la inmensa mayoría de los trabajadores producen riquezas a las que no pueden acceder, solo unos pocos disfrutan del trabajo de los demás. Las carreteras, hospitales y demás servicios son pagados con los impuestos de los de abajo, las grandes empresas se llevan toda la pasta a otra parte, aunque después, todos estos puercos fascistas que lucen tirantes y pulseritas con la bandera de España, se autodenominan patriotas. Su miseria moral los coloca exáctamente por detrás del orangután en la evolución animal, son poco menos que monos de feria, ¿pero en qué lugar deja ese hecho al ciudadano corriente y moliente?, ¿es que no somos capaces de ganarle la partida a simples monos de feria cuya inferioridad numérica es indiscutible?. Ha llegado la hora de tomar ese poder, de dejar de delegar nuestras vidas en manos de mangantes que amenazan con algo peor si nos nos atenemos a las reglas del juego actual, a sus reglas, a sus ridículas leyes solamente creadas para servir a sus propios intereses; es la hora de perder el miedo, la hora de impedir la destrucción de la dignidad humana, la hora de la abstención y el momento de la decisión.


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