Solidaridad desde Chile #OperaciónPandora (Periódico "El Anárquico")

 

Nuevamente estamos en presencia de una operación represiva. En esta ocasión, afecta directamente al entorno anárquico de Madrid, Barcelona, Manresa y Sabadell, en lo que el poder y los distintos organismos represivos han llamado operación Pandora, trayendo consigo el recuerdo en estas tierras del ya bien conocido “fra-caso bombas” y la operación Salamandra. Como veremos, esta operación donde se encarcela a siete compañeros/as en la región española, no es al azar sino que responde con ciertas singularidades a una seguidilla de operaciones represivas que en las últimas décadas han afectado a distintas regiones del mundo donde el anarquismo representa una molestia para los poderosos.
 
Solidaridad desde Chile
 
La mayoria de las operaciones represivas tienen en común una serie de características fáciles de identificar. Estas son principalmente que en la mayoría de ellas existe una colaboración entre diferentes Estados en el mutuo conocimiento de la represión, el papel que juega la prensa para generar las condiciones propicias para reprimir, y la acusación de cargos respectiva. La colaboración de la que hablamos se refleja en el vínculo que tienen entre sí distintas policías, fiscales y ministros al momento de asesorarse entre ellas en el conocimiento mutuo de los mecanismos y heramientas de represión, ideológicos, tecnologías, etc. En este sentido, no olvidamos la visita del fiscal Marini (mismo fiscal que llevó a más de 100 compañeros/as a la corte en Italia) o alguno de sus subordinados a estas tierras en el contexto de la investigación del caso bombas, para instruir al ministro del interior de turno y a las policías sobre su actuar. Tampoco olvidamos la asesoría prestada por el FBI a policías chilenos. Por lo mismo, cuando Mónica y Francisco fueron detenidos en Barcelona no nos sorprendió la declaración del ministro del interior afirmando una coordinación conjunta entre Chile y España para dar con la detención de los compañeros.
 
Solidaridad desde Uruguay
 
Misma situación calcada ocurrida a mediados de diciembre pasado, en que incluso el ministro del interior español Jorge Fernández Díaz estuvo de visita en Chile, reuniéndose un día antes de la detención de los compañeros/as con Rodrigo Peñailillo. Por otra parte, tanto en Italia, Chile y España, la prensa tuvo un rol preponderante y muy influyente, al momento de generar las condiciones para la represión, anunciando los golpes represivos a través del trabajo coordinado con las fiscalías, en su rol de portavoz. Acá y allá por ejemplo se anunciaron listas de sospechosos con ciertas características comunes, el perfil del anarquista violento, colectivos y entornos, con el fin de construir una caricatura, ridiculizando la lucha por la libertad, en la proyección del enemigo interno. Por su parte, las distintas acusaciones por las cuales los compañeros han sido imputados son similares. En la Italia del caso Marini eran la pertenencia a asociación subversiva, banda armada y encubrimiento. En el caso bombas la “asociación ilíicita de carácter terrorista” mientras en la operación Pandora es “constitución, promoción, dirección y pertenencia a organización terrorista en relación con delitos de tenencia y depósito de sustancias o aparatos explosivos y delitos de daños y estragos con finalidad terrorista”.
 
Otro aspecto a considerar es la intencionalidad del poder al momento de establecer la existencia de organizaciones que operan a través de dos niveles: uno público y abierto y otro oculto y compartimentado. De aquí la fantasmagórica idea reproducida por la fiscalía de Alejandro Peña de loscentros sociales como centros de poder: de día el centro social, de noche la fábrica de artefactos explosivos, puesto que la mayoría de los entornos atacados por el poder han sido espacios sociales, okupados o no. Además, estas operaciones se han constituido alrededor de escritos y publicaciones que sentarían las bases teóricas de las organizaciones, como por ejemplo el artículo de Alfredo Bonanno “Nueva vuelta de tuerca del capitalismo”, el periódico “Canenero” en el caso de Italia, “Contra la Democracia” de los GAC (Grupos anarquistas coordinados), entre otros escritos, todos ellos textos de análisis y crítica al poder y el capitalismo en los tiempos actuales.
 
Las operaciones represivas contra los que luchan por la libertad, tienen a grandes rasgos y entre otras funciones la de disuadir a todo aquel que siquiera piense en luchar contra el sistema de dominación: quien cuestione, critique y se organice contra el poder sabrá cuáles son las consecuencias. Por ende la finalidad de los Estados al momento de reprimir es la de amedrentar a quienes sigan el camino de la lucha por la libertad, como un modelo ejemplificador para acallar la lucha y su propagación. Es en definitiva la posibilidad de silenciar por años a los diferentes entornos anarquistas. No obstante, las operaciones represivas también dejan entrever numerosas situaciones que con el tiempo se han vuelto aprendizajes. Por ejemplo, en el contexto del caso bombas, por largo tiempo se dejó de hablar de los “grupos de afinidad” de “organización informal”, etc. (ideas claramente atacadas por la fiscalía contra los compañeros/ as detenidos), siendo que son ideas organizativas y de vida sumamente prácticos y necesarios de experimentar en nuestro cotidiano para la lucha por la liberación total.
 
 
Otro de estos aprendizajes, que suscitó en su momento grandes polémicas dentro del entorno anárquico (hablamos del caso marini) fue el tema de la colaboración con la fiscalía y la policía al momento de declarar. Hoy en día, declarar ante procesos jurídicos es reconocer los procedimientos por los cuales el Estado acusa y encarcela a quienes luchan por la libertad, es reconocer la actividad de policías y jueces que están al servicio del poder. Por su parte, declarar ante los celadores, es la oportunidad perfecta para validar sus hipótesis, es también reconocer que en los procesos contra quienes luchan por la libertad existen culpables e inocentes, reconociendo nuevamente al poder y los poderosos. En este sentido, claro es el ejemplo de la situación ocurrida en Bolivia que llevó a varios entornos anarquistas al banquillo acusatorio, donde la mayoría optó por la delación en beneficio propio, a excepción del compañero Henry Zerragundo.
 
Pero estas situaciones tanto como otras en que distintos compañeros/as son encarcelados, permiten generar un posicionamiento capaz de romper el silencio y extender la crítica al poder y toda autoridad, hablamos también de extender la solidaridad, esa tan conocida y repetida frase del “si nos tocan a uno/a, nos tocan a todos/as”. Esto solamente depende de todo el entorno anárquico, capaz de romper el aislamiento e invitar a otros a extender la revuelta por la liberación total. Por lo mismo, ante los golpes represivos existe una necesidad primordial de continuar y agudizar la lucha contra el poder a través de todas las instancias posibles, con todos los medios a nuestro alcance. Porque la lucha es multiforme y cotidiana. De todos/as depende que como han dicho ciertos compañeros/as a propósito de la operación Pandora en España, esta caja desate la solidaridad que sabemos entre anarquistas es mucho más que palabra escrita.
 
Desde el anárquico, saludamos a todos/as los/as presos revolucionarios/as que resisten en las cárceles del capital, sean anarquistas o no. A los que han visto en la fuga una decisión de lucha y resisten desde la clandestinidad. Y por supuesto a quienes luchan cotidianamente por la liberación total.
 
Grupo editorial de El anárquico. Diciembre, 2014.
 
 

No hay comentarios: