Dossier prensa Régimen F.I.E.S. Nuria Güell



Nuria Güell
En nuestra sociedad democrática y de derecho, el progreso ha dejado intacto el sistema carcelario heredado del franquismo. En 1991 se añadió el régimen F.I.E.S. (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento, Instrucción 21/96), que emplea medidas de aislamiento total a las que son sometidos los presos “inadaptados y conflictivos”. 

Después de mucha presión legal, el Tribunal Supremo declaró el régimen F.I.E.S. nulo de pleno derecho. No obstante, la Dirección General de Instituciones Penitenciarias dictó una nueva Instrucción, la 6/2006, que bajo la rúbrica “Protocolo de actuación en materia de seguridad”, reproduce literalmente la Instrucción 21/96. 

Esta última era de nuevo anticonstitucional, ya que omitía los derechos de los presos sin respetar lo establecido por la Constitución Española, el Reglamento Penitenciario ni la LOGP (Ley Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria). El pasado 15 de abril del 2011, el Ministerio del Interior, acatando la sentencia del Alto Tribunal, modificó algunos apartados del Reglamento Penitenciario y, con el Real Decreto 419/2011, legalizó de nuevo el F.I.E.S. y finalmente la Instrucción 12/2011 de la Secretaría General de II.PP (de fecha 29 de julio de 2011) lo actualizó en el tema "Internos de especial seguimiento medida de seguridad".

Psiquiátricos clínicos consideran que las normas que regulan estos regímenes de aislamiento son medidas de tortura blanca, ya que someten a los reclusos a privación sensorial, monotonía estimular y pérdida de contraste con la realidad. 

Según los expertos, estos métodos aseguran un daño emocional que inevitablemente es generador de un intenso sufrimiento y un deterioro del sujeto. A través de la represión, bloquean la mente del recluso, neutralizan el espíritu reivindicativo del mismo, su conciencia, afectando su sistema nervioso hasta lograr su anulación efectiva. Son estrategias que conllevan un largo proceso de despersonalización, donde la condición de ser pensante termina torturándote.

En muchos casos, son los propios presos que están en este régimen los que se revelan, reclamando sus derechos a los carcelarios, funcionarios del Estado que aplican disciplina a través de la represión y que, según testimonios internos, “no puedes denunciar porque las represalias son peores”. Este sistema de disciplina está estructurado de manera que condena al recluso a la vulnerabilidad y a la indefensión, ya que el propio maltratador es el que debería tramitar su propia denuncia. La artista Nuria Güell ve este sistema como “macabro y obsoleto, que provoca odio, frustración y muerte al sujeto, en vez de propiciar la supuesta reinserción que increíblemente lo justifica”.



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